Es la separación total de la dermis y la epidermis; también se considera el deslizamiento de los planos superficiales de la piel por fricción. Este tipo de lesión puede ocurrir en distintas formas; por ejemplo, las lineales se producen casi siempre en accidentes, como arrastre por atropellamiento de vehículo automotor en movimiento. Es importante saber que esta lesión suministra datos sobre su mecanismo de producción; la clasificación médico legal establece que por lo regular no pone en peligro la vida y tarda en sanar menos de 15 días, concepto que se encuentra en el Código Penal vigente del Distrito Federal en el artículo 130, primera parte.
Saber másLa certificación de las lesiones se lleva cabo en las agencias investigadoras del Ministerio Público. Existen dos tipos de certificados: provisional y definido. Los médicos legistas o forenses elaboran las certificaciones provisionales en la agencia investigadora del Ministerio Público y también en algunos hospitales de traumatología para los lesionados. La herida en la cara certificada en forma provisional debe reclasificarse o emitirse el certificado definitivo en los siguientes 60 días para evaluarla a partir del triple enfoque jurídico de las lesiones, que consiste en sanidad, gravedad y consecuencias, con particular atención en las consecuencias de la lesión en la cara, como la notabilidad.
Saber másEs la extravasación de sangre en los tejidos por acción contundente o rotura de capilares del tejido celular subcutáneo. La coloración de la piel en caso de equimosis se debe al infiltrado hemático y cambia a medida que la lesión evoluciona; en los tres primeros días es de color negruzco; del cuarto al sexto día es azulosa; entre el octavo y duodécimo días se vuelve verde; y del decimotercero al vigésimo día se torna amarilla y desaparece. Estas equimosis pueden encontrarse en diferentes partes del cuerpo, pero predominan en las regiones palpebrales.
Saber másSe define como un tumor de sangre producto de la rotura de vasos medianos o grandes; la valoración médico legal depende de su extensión y localización. Puede tratarse de hematomas superficiales sin consecuencias o profundos y complicados, como los que comprimen estructuras vitales o el riego sanguíneo al extremo de poner en peligro la vida del paciente. Éste es el caso de la compresión cerebral por hematoma extramural, subdural o intracraneal. Ante estas situaciones, la valoración médico legal establece que este tipo de lesiones es la que pone en peligro la vida, de acuerdo con el artículo 130, parte VII, del Código Penal vigente del Distrito Federal.
Consisten en la solución de continuidad causada por instrumento romo (sin punta ni filo); la característica de los bordes de la piel en estos casos es irregular, desigual, de aspecto machacado, con puentes de piel; puede ser superficial o profunda. Es importante hacer notar que estas lesiones deben valorarse mediante un amplio examen por parte del médico forense o legista, ya que pueden acompañarse de fracturas.
Ocurren cuando el traumatismo es consecuencia de un cuerpo de superficie más o menos extensa que adquiere particular violencia o fuerza, la cual se ejerce sobre la pared del cráneo, el tórax o el abdomen. Tienen como característica que los signos externos son apenas significativos, no así las lesiones internas.
Consisten en la destrucción de grandes porciones de tejidos y huesos; por ejemplo, la cabeza suele presentar fracturas expuestas con laceración y eventración del encéfalo en un accidente secundario a atropellamiento por vehículo automotor en movimiento; la cabeza sufre machacamiento por una de las ruedas del automóvil. En tórax y abdomen también se reconocen grandes machacamientos y son similares a las destrucciones de tejido.
Este tipo de lesiones son frecuentes por atropellamiento y por lo regular ocurren en miembros torácicos y pélvicos, arrancados por el impacto y la velocidad del vehículo. La pérdida de piezas dentarias se debe a riñas en las que hay avulsión de uno o varios dientes. En un paciente hospitalizado, las primeras se clasifican como lesiones que ponen en peligro la vida (artículo 130, parte VII).
Se divide en impacto (fracturas en extremidades); proyección; caída (fracturas de la base del cráneo); arrastramiento (producción de excoriaciones lineales); y machacamiento (de cráneo, tórax y abdomen).
Las más frecuentes son traumatismo craneoencefálico, contusiones, fracturas, luxaciones, esguince de cuello y heridas por contusión. Entre las fracturas se encuentran las cerradas y expuestas; en tallo verde en personas menores de edad; y por aplastamiento de vértebras. La valoración médico legal es variable, desde las que no ponen en peligro la vida hasta las que causan la muerte.
Son lesiones infligidas por instrumentos de diversa hechura y estructura, entre los que predominan los laminados y los cilíndricos dotados de uno o más bordes cortantes, y en los que uno de sus extremos termina por lo general en punta, mientras que el otro es romo, con mango y empuñadura (cuchillo). Las heridas por arma blanca son menos frecuentes que las producidas por proyectil de arma de fuego y representan el 21.9% de los casos en traumatología forense.
• Cuchillo • Navaja de fuelle • Puñal • Sable • Espada • Bayoneta • Machete • Verduguillo • Daga • Pala • Hélices de barco • Hélices de avioneta
• Trozos de metal afilado • Trozos de metal o vidrio • Trozos de porcelana • Tijeras • Cortaplumas • Hojas de afeitar • Guillotina de imprenta • Guadaña • Azadón
Estos instrumentos pueden ser de lámina con filo o bien con un borde o lomo sin filo, punta y mango, los cuales provocan heridas de tipos diversos; por lo general lo hacen mediante el filo, que al penetrar en los tejidos los divide a manera de cuña y causa soluciones de continuidad. El borde cortante del instrumento puede actuar de dos maneras: por presión o deslizamiento. Esta diferencia tiene gran importancia en el ámbito médico legal, ya que, al hacer uso de un solo instrumento, con igualdad de fuerza y resistencia de los tejidos lesionados, los efectos son más graves cuando se derivan del segundo mecanismo que del primero.
Son las lesiones producidas por elementos que actúan en aspectos profundos más que en la superficie y atraviesan varios planos tisulares. En estas heridas predomina la profundidad sobre la extensión. La clasificación de las armas punzantes intenta diferenciarlas en típicas y atípicas, y de acuerdo con el perfil de sección.
Son lesiones de carácter mixto, es decir, producidas por elementos que actúan por deslizamiento, corte o penetración. Por lo general predomina la profundidad sobre la extensión.
Los instrumentos que causan estas lesiones se distinguen por su filo y peso. Al producir la lesión dejan una solución de continuidad cuyos bordes presentan infiltrados hemáticos o bordes contundidos, esquemáticos, con profundidad, y que en muchas ocasiones interesan hueso; también tienen un filo, como el hacha y el machete.
Las heridas punzo contundentes son efecto de objetos atípicos, como la chaira, instrumento que sirve para enderezar el filo de los cuchillos del carnicero, la varilla o el zapapico. Estos instrumentos tienen punta que no es aguda, sino roma, y carece de filo; con ellos, las heridas son más profundas que extensas, separan las fibras de la piel y dejan equimosis alrededor de la herida; además, el impulso que le imprime el agresor, y dado que no es un instrumento puntiagudo, contunde a los tejidos adyacentes y se profundiza.
Las lesiones producidas por los proyectiles de arma de fuego pueden ser únicas o múltiples.
Las lesiones por tortura pueden dividirse como sigue: • Mecánicas • Físicas • Químicas • Biológicas • Asfixia • Psicológicas • Muerte